Eva Longoria confirma que se casará con ejecutivo de Televisa (y el anillo multimillonario lo prueba)

Los Ángeles — A estas alturas, Eva Longoria, la actriz que se dio a conocer con el recordado papel de Gabrielle Solís en la exitosa teleserie “Desperate Housewifes”, ya ha alcanzado status de superestrella, y es por eso que resulta difícil para la prensa latina acceder a ella, como sucedió durante los recientes encuentros para la promoción de su nuevo programa “Telenovela”, que se estrena de modo oficial por NBC en enero y que está realmente divertido.

No haber tenido la oportunidad de hablar con la dama no es para nosotros un motivo de alegría, claro, pero no podemos molestarnos demasiado, porque, a pesar de ser ‘pocha’, la intérprete de 40 años ha estado tratando de aprender español (habló en esa lengua durante una reciente alfombra roja a la que asistimos) y, por supuesto, se encuentra metida en algunas causas sociales a favor de los inmigrantes, lo que podría dar cuenta de su buen corazón. Sin embargo, lo que parece tenerla más distraída en estos momentos es un romance que dará pronto su paso decisivo.

Nos referimos a la relación que tiene con José “Pepe” Antonio Bastón, iniciada en el 2013 pero afianzada ahora ante el hecho de que el caballero acaba de pedir su mano (pese a que nos imaginamos que le interesa el cuerpo entero); luego de ser aceptado, él mismo celebró con ella el compromiso mediante una gran fiesta realizada en la ciudad india de Dubai, a la que ambos llegaron no por motivos laborales, sino supuestamente espirituales, luego de “conectarse” con el cercano Taj Mahal.

La novia no es precisamente pobre, y el novio tampoco está llegando con las manos vacías; de hecho, Bastón es ni más ni menos que Presidente de Televisión y Contenidos de Televisa, y para dejarlo en claro, le ha regalado a su futura esposa un anillo inmensamente costoso, compuesto por un rubí rodeado de diamantes que aparentemente se aleja de la simple vanidad al contar también con un trasfondo espiritual meticulosamente delineado. Muy bien, ¿pero dónde queda la Virgencita de Guadalupe en todo esto?