OPINIÓN: El voto latino. ¿Despertará el gigante?
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Mucho se ha escrito acerca de la importancia del voto latino en Estados Unidos y en México. Se estima que en 2020 este voto corresponderá a la primera minoría, superando en número a los votantes afroamericanos.
Hasta ahora su participación ha sido escasa y dispersa y no ha pesado lo que muchos consideramos que debería pesar en el escenario político estadounidense. De ahí la expresión de diversos especialistas al referirse a este voto: El gigante dormido.
Nadie niega ni cuestiona la enorme aportación de los latinos y en particular de los mexicanos a la economía, el comercio, la cultura y muchos otros aspectos de la vida en Estados Unidos. Lo mismo sucede en México, los mexicanos en EE.UU sostienen 1.6 millones de hogares con el dinero que envían y se han convertido en la principal fuente de divisas para la economía mexicana.
Si esos mexicanos estuvieran en México, habría 7 millones más de desempleados y México dejaría de recibir por año 35 mil millones de dólares.
Sin embargo, ¿esa importancia también se da en lo político? ¿particularmente en lo electoral? Por lo pronto, la respuesta es muy clara: no.
En las votaciones mexicanas podrían participar millones y lo más que hemos alcanzado son apenas 60 mil votos y en las elecciones estadounidenses los latinos participamos muy poco. Menos de la mitad de los que podrían votar lo hacen, pero quizá lo más importante es que no somos un factor decisivo.
Es decir, más allá del número, no se percibe aún que los latinos se agrupen de manera clara, mayoritaria y decidida en torno a una agenda, a una propuesta de gobierno. Los afroamericanos sí lo hacen y por eso tienen un peso político. Cuando se refieren al voto de las minorías, todos los candidatos y analistas dicen invariablemente el voto afroamericano, latino y otros, en ese orden. La muestra más reciente son los resultados del llamado Súper Martes.
En Carolina del Norte y Alabama, estados con amplia presencia afroamericana, ganó de manera contundente Joe Biden sobre el entonces ganador Sanders. Todo ello gracias al voto afroamericano. Por casi 20 puntos porcentuales en el primer caso y 50 en el segundo. Ese es el papel de las minorías.
En Carolina del Norte, más de la mitad de los afroamericanos votaron por Biden mientras que en Alabama y Virginia 7 de cada 10 lo hicieron por él. ¿Qué cree usted que hará Biden si gana la candidatura demócrata y posteriormente la presidencia? ¿por cuál grupo poblacional desarrollará políticas públicas y programas para mejorar sus condiciones de vida? Claro, por los afroamericanos.
Si analizamos ahora los estados con fuerte presencia latina que en su abrumadora mayoría es mexicana, nos encontramos una mayor dispersión. California, que ganó Sanders, apenas el 49% de los latinos votaron por él y su victoria sobre Joe Biden fue de 8 puntos y en Texas, que ganó Biden, solamente el 46% de los latinos votaron por Sanders.
Es decir, en los estados con fuerte presencia afroamericana, ellos deciden al ganador porque se aglutinan alrededor de una agenda, mientras que el voto latino no alcanza a hacer la diferencia. Ni siquiera en estados en donde su presencia es masiva. En California uno de cada cuatro votantes es de origen mexicano y en Texas, uno de cada tres es latino.
Las explicaciones podrían ser muchas. A diferencia de lo que sucede con los afroamericanos, no hay liderazgos nacionales latinos. De hecho, los hispanos de California son distintos a los de Texas. La presencia en el congreso también es muy diferente. Los afroamericanos están más o menos representados en el Congreso según su importancia poblacional. Para nada es el caso de los latinos.
El camino es largo. Que los hispanos tengan en la política la misma importancia que indiscutiblemente tienen en la economía, el comercio o la cultura no está a la vuelta de la esquina, ni se dará de golpe. Ese camino ya empezó, pero está aún lejos de tener logros claros. El proceso electoral de 2020 es una buena oportunidad para seguir avanzando. Esperemos que ahí el voto latino juegue el papel que de pleno derecho le corresponde.
*El doctor Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute
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